Derrotados.
Y es que a veces llega la hora en la que ser
derrotados, la hora en
la que ya no puedes más, en la que todo empieza a venirte más grande de la
cuenta, en la que ya no te sientes a gusto contigo mismo ni con los demás.
La hora en
la que ya no sabes por lo que luchas, por lo que tienes, en la que te das
cuenta de todo lo que das y no recibes.
La hora en
la que toca decir basta, por el simple
hecho de que ya no puedes más, de que por mucho que intentes estar bien nada es
como uno quiere.
Si esa hora,
la hora de intentar pasar página aun que cueste, la hora en la que decir adiós
a las malas opiniones, en la que toca ser uno mismo y mejorarte día a día, la
hora de que empieces a valorarte e imponer que te valoren.
Recuerda
que, hasta los más fuertes, caen; Pero siempre se dice, que lo que baja, siempre,
tarde o temprano vuelve a subir.
No dejes que
nadie te haga sentir mal, lucha por lo que quieres y no te rindas.
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