sábado, 7 de junio de 2014

Paraba balas por ti, y al final eras tú quien estaba detrás del gatillo.


Aposté por ti de manera incondicional y sin medidas, con los ojos cerrados y la conciencia tranquila, aposté de nuevo a un número y deje que marcaras en mi una nueva fecha, creí tus palabras y me deje llevar por tu sonrisa, seguí tus pasos cual ciego a su perro guía, y sin temor alguno te brinde confianza, amor y cariño en exceso, a cambio una vez sentí un roce y de repente un dolor extremo, sentí una lágrima caer por mi mejilla, sentí mi mirada clavándose en tus ojos, sentí una bala partiéndome en dos, y te vi, te vi apuntar tras el gatillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario